El Parto es Nuestro es una asociación de usuarios del
sistema sanitario. Independientemente de la profesión de cada cual, lo que nos
une es el ser madres y padres, o la posibilidad de llegar a serlo algún día, y
por tanto ser receptores de los servicios de atención al parto, públicos o
privados, dentro o no, del ámbito hospitalario.
Manejamos datos científicos acerca de cómo se desarrolla el
parto normal y sobre cuál es la mejor manera de atenderlo, para que siga siendo
normal. Proporcionamos esa información a las familias para que puedan decidir
libremente: dónde, cómo y con quién parir, y puedan gozar de una experiencia de
parto satisfactoria. Brindamos apoyo a quienes no se sienten bien tras su
parto.
Pero no tenemos todas las respuestas, pues la respuesta a
cada circunstancia concreta se encuentra dentro de nosotros y es tarea de cada
uno el encontrarla. No podemos, ni debemos - ni lo hacemos- decirle a nadie qué
hacer, ni dónde debe parir y por ello no recomendamos profesionales, ni centros
sanitarios. Los motivos son estos:
- Un profesional puede ser respetuoso pero tener un mal día
justo en tu parto, o un centro tener buena fama, pero tocarte a ti el único
profesional de allí que no trabaja según la evidencia científica. Por ello,
hacer recomendaciones sería asumir mucha responsabilidad, teniendo en cuenta,
además, que el resultado del parto y el cómo lo vive la mujer no depende
únicamente (aunque sí en gran medida) de la atención recibida, sino también de
otros factores, como son la suerte o la propia actitud de la madre frente al
mismo.
- No podemos conocer en profundidad a cada mujer, como para
saber cuál sería la opción ideal para cada una. Las expectativas ante el parto
difieren mucho de una mujer a otra, según su experiencia previa, personalidad o
el grado de información que maneje. Lo que sería un profesional y una atención
al parto buenos para una pueden no serlo tanto para otra.
No existe, por tanto, un listado de profesionales o lugares
recomendados por El Parto es Nuestro, pero desde la asociación creemos que para
poder discernir entre unos centros y otros, es bueno valorar los siguientes
aspectos:
1. Accesibilidad.
El lugar donde vayamos a dar a luz, debe transmitirnos
confianza y para ello tenemos que conocerlo de antemano, haber visitado
previamente sus instalaciones, y tenido una entrevista con el personal
(individual o colectiva) donde nos informen de su manera de hacer las cosas y
podamos preguntar todas las dudas que tengamos al respecto. La existencia de
jornadas de puertas abiertas, visitas guiadas y charlas en los centros, es muy
positiva, pues permite a las mujeres conocer de primera mano el lugar, pudiendo
así valorar su idoneidad y familiarizarse con el entorno.
2. Flexibilidad
Cada parto es distinto, por lo que no deberían existir
protocolos de atención rígidos. La actuación de los sanitarios debería
adecuarse a las circunstancias y necesidades de cada caso y no responder a
rutinas predeterminadas.
Una atención respetuosa no tiene “innegociables”, o al menos
no muchos, y reconoce la supremacía de la “Ley de Autonomía del Paciente” sobre
el resto de consideraciones, de manera que siempre tendrá en cuenta la voluntad
de la mujer, aceptándose su plan de parto y nacimiento, y se le pedirá su
consentimiento informado para realizarle cualquier procedimiento que se
considere necesario durante el parto.
3. Transparencia
Los datos de la atención al parto deberían ser siempre
públicos y estar accesibles. Un centro que publica sus datos cumple con su
deber de información y realiza un ejercicio de transparencia. Conocer el
porcentaje de inducciones, cesáreas, partos instrumentales, episiotomías, etc.,
sirve de referencia para analizar si en ese centro en concreto la atención al
parto sigue o no las recomendaciones de la OMS y el Ministerio de Sanidad al respecto.
Sin acceso a esta información, no tenemos recursos para saber si ese lugar es o
no lo que queremos, y vamos a ciegas al paritorio.
Un lugar accesible, flexible y transparente suele ser un
centro que ofrece bastantes garantías de proporcionar una atención adecuada.
La búsqueda de “donde parir” es una búsqueda personal, un
camino que ha de recorrer cada familia y que empieza por preguntarse “¿qué
quiero yo en mi parto?”
Una vez que tengamos clara la respuesta a esta pregunta, la
elección del dónde o el con quién será mucho más fácil.
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